Nuestras emblemáticas flores, confeccionadas a mano por talentosas artesanas mexicanas en un taller especializado que, desde 2017 la diseñadora fundó; ha sido un refugio para la creatividad y la colaboración. Este taller, impulsado inicialmente por madres solteras, ha crecido para incluir a más mujeres y hombres, todos dedicados a la firma Raquel Orozco. Cada flor, creada a partir de residuos de telas de diversas colecciones, no solo otorga un significado único y un encanto singular a cada prenda, sino que también contribuye de manera significativa a la sustentabilidad y sostenibilidad de la industria de la moda. Este enfoque reciclado no solo reduce el desperdicio textil, sino que también permite a cada pieza contar una historia de conexión entre el arte, el medio ambiente y el empoderamiento de los creadores.